El vídeo que demuestra que la «locura» con Ibai Llanos empezó en Santiago mucho antes de llegar al Obradoiro: «Menos mal que no avisamos en las redes sociales»
VIVIR SANTIAGO
El «streamer» vasco comparte cómo vivió la entrada a Compostela y al propio Obradoiro, donde se dio un baño de multitudes. Desde el Monte do Gozo lo acompañaron jóvenes con una bandera del Compos. La grabación acaba con un plano «absolutamente espectacular» de Compostela. Ibai confiesa que le gustaría repetir y que el Camino «ha superado sus expectativas»
09 dic 2024 . Actualizado a las 13:41 h.La expectación por la llegada de Ibai Llanos a Santiago era máxima entre los jóvenes, algo que se comprobó cuando el pasado miércoles, pasadas las 17.30 horas, el conocido streamer vasco hacía su entrada en el Obradoiro tras concluir una peregrinación de 165 kilómetros, divididos en ocho etapas, desde O Cebreiro. Aún así, y a partir del vídeo publicado en las últimas horas en su cuenta de YouTube, se constata cómo el furor por acompañarle y hacerse fotos con Ibai se desató mucho antes de su entrada en la monumental plaza compostelana. «Menos mal que no hemos puesto nada en ninguna red social», admitía Xokas, el streamer gallego que acompañó a Ibai durante su recorrido, aludiendo que no habían avisado de la hora a la que tenía pensado llegar al templo. «Me da hasta miedo. Puedo haber un colapso», aventuraba el gallego en otro pasaje de la grabación a medida que se aproximaban a Santiago y veían, sobre todo desde Lavacolla, cómo cada vez más gente estaba esperando su paso o cada vez más jóvenes le paraban para animarlo.
El vídeo que recoge su última etapa del Camino comenzó en el albergue de Santa Irene, en el concello de O Pino, situado un poco antes de O Pedrouzo, donde arranca habitualmente el último tramo hasta Santiago. El grupo integrado por Ibai Llanos, Xokas y los dos entrenadores se puso a andar a las 10.00 horas, confesando el streamer vasco su «emoción» y «nerviosismo» por la inminente llegada a Compostela.
Ya en O Pedrouzo, palparon la ilusión creada en muchos jóvenes. Al pasar por delante de un centro escolar, muchos estudiantes, que estaban en el patio —«Qué habéis hecho para acabar en la cárcel?», bromeó con ellos Xokas—, se agolparon en una verja para llamarlos y poder hacerse una foto con ellos. Uno incluso le ofreció su merienda (llevaba piña en almíbar). «¿Queréis cacho piña?», les preguntó el joven en una de las muchas frases reproducidas en el vídeo.
Tras continuar su recorrido, Ibai quiso reflexionar sobre lo que le supuso la peregrinación, de la que, aseguró, que le gustaría repetir, pero sin cámaras. «El Camino ha superado las expectativas», destacó sin dudarlo, razonando con que muchas veces ellos (los streamers) están en su «burbuja de eventos» y no se dan cuenta de estas «experiencias únicas».
A medida que se acercaban a Santiago, el calor de los seguidores del vasco crecía. «La que se puede liar ahí puede ser importante», avanzaban los protagonistas, mientras rozaban ya el monte do Gozo, donde incluso se les sumó un numeroso grupo de jóvenes con una bandera del Compos. Entre eufóricos gritos de «Ibai, Ibai», «Galicia, Galicia», «A por ellos oé», «Historia, historia», el grupo descendió del icónico mirador para adentrarse por el barrio de San Lázaro, mientras Ibai y Xokas constataban que lo que estaban viviendo era una «locura total». Una euforia que no dejó de crecer mientras atravesaban la rúa dos Concheiros, descendían por la rúa de San Pedro y entraban ya al casco histórico compostelano.
«Hacía tiempo que no tenía esta sensación», confirmaba el vasco, mientras repetía «Llegamos a Santiago» y le preguntaba a Xocas si era la mejor ciudad del mundo, algo que el gallego hizo extensible a todas las localidades gallegas.
Con música de fondo de leyenda, entre consignas como «Vamos a disfrutarlo mucho» o gritos de ánimo del grupo de seguidores, que no dudaron en corear al unísono el nombre «Ibai, Ibai», el grupo, cada vez más multitudinario, se aproximó desde la praza de Cervantes al entorno del Obradoiro, constatando Ibai, agradecido y con una sonrisa, que «la gente es la hostia».
Ya en el Arco de Xelmírez, en torno a las 17.30 horas del pasado miércoles, la locura se desató, como ya se vio en el vídeo grabado por La Voz. En el Obradoiro le esperaban cientos de jóvenes desde horas, no dudando en recibirlo al pie de la escalera de entrada a la plaza entre cánticos y aplausos y un «eh, eh, eh» que no paraba de escucharse.
Tras los abrazos de rigor frente a la Catedral, y tras anunciar Ibai el fin del Camino y dar las gracias a toda la gente de Santiago y de Galicia que les dieron apoyo, ambos streamers no dudaron en cerrar su peregrinación subidos a los tejados del templo, desde donde, como reconoció Ibai, pudieron compartir un «plano absolutamente espectacular».
Minutos antes de ello, Ibai no había dudado en calificar ya la visión de la Catedral como «impresionante», a pesar de que la cantidad de gente concentrada en el Obradoiro para poder verlos le impedía casi visualizarla por completo, algo incluso que le llevó a pedir un poco de espacio. Mientras contemplaban el monumento, sus seguidores, varios con pancartas, no dejaron de sacarse selfis, intentar entregarles regalos o darles la enhorabuena.
La peregrinación de Ibai había comenzado ocho días antes y, como era de esperar, la anunció a través de sus redes sociales. «Es el mayor reto de mi vida», decía en el vídeo de presentación. A partir de ese momento, el creador de contenido hizo que sus seguidores, que se cuentan por millones, fueran también partícipes de la aventura. Comenzó en O Cebreiro y dividió los 165 kilómetros en ocho etapas, cada una pensada para terminar en un día y recogida individualmente en su correspondiente vídeo. Poco tardaron en llegar las primeras críticas, que señalaban tanto el escaso esfuerzo que requerían sus 20 kilómetros diarios como el hecho de que caminaran sin equipaje. Él siempre defendió que, antes de comenzar con su cambio físico, lo que estaba haciendo le hubiera resultado imposible. «Estoy muy orgulloso de él, aunque no se lo digo porque no le quiero inflar más el ego», decía Xokas sobre su compañero.
A ellos, la semana de Camino les sirvió para abrirse en canal. Por ejemplo, ambos se acordaron de los familiares con los que les hubiera gustado compartir el recorrido. A Ibai le hubiera hecho ilusión que estuvieran su padre o su abuelo, reflexión que tocó la fibra sensible de Xokas, acordándose de su abuela lucense, Josefa, ya fallecida. También hubo momentos para poner en valor el cambio físico de Ibai. En meses, el streamer pasó de 170 a 116 kilos. El Camino, en parte, representa un escalón más en su recorrido. «No me da ni el pulso. Hace unos meses yo no podría haberlo hecho ni al 20 %», confesaba Ibai al llegar al Alto do Poio, la mayor cumbre en Os Ancares del Camino Francés.
Con la naturalidad que les caracteriza, no ocultaron en ningún momento la dureza del Camino. Vivieron en sus propias carnes la subida hasta O Cebreiro, una de las etapas más míticas y duras del Camino Francés, y la terminaron mucho mejor de lo que se esperaban. Sufrieron hasta llegar a Triacastela, asegurando que los tres últimos kilómetros de la etapa se habían sentido como siete. Lo primero en aparecer fue el dolor en la planta del pie y la fatiga de estar en medio de las etapas más «rompepiernas» del Camino. Las últimas etapas las terminaron «reventadísimos» y con las plantas de los pies «jodidísimas». «El dedo gordo del pie derecho lo tengo tocadete, el gemelo lo tengo tocadete», enumeraba El Xokas al llegar a Sarria, mientras que Ibai Llanos aprovecha para recordar la importancia del ejercicio físico. Sin ir más lejos, la aventura la emprendió junto a sus dos preparadores, Valen y Moisés.
Durante el recorrido, el streamer vasco se ha dejado sorprender por las curiosidades de la tierra. Cogió por primera vez una castaña del suelo para comérsela cruda y se impresionaron con la edad del Castaño de Ramil, de más de 800 años. Al margen de las redes y de los móviles, ellos están «viviéndolo de verdad». La caminata, como no podía ser de otra forma, la acompañaron con algunas comilonas. «El non imaxinaba que o polbo de Melide puidera estar tan bo», decía Sergio Rhenals, de la pulpería A Garnacha, después de que los creadores de contenido y su equipo pararan en el pueblo. Allí pidieron seis raciones de pulpo, huevos con chorizo de Lalín, tarta de queso y en la mesa no quedó nada. «Quedaron encantados, dixeron que ata o pan estaba moi bo», aseguraba el pulpeiro, que tuvo la oportunidad de conversar con ellos tras la comida.