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Un millonario esconde un tesoro... y te da pistas para encontrarlo

Se buscan: cinco cofres con objetos de más de dos millones de dólares

Un millonario esconde un tesoro... y te da pistas para encontrarlo

Un millonario inversor en 'bitcoins' lanza una guía con las pistas para una búsqueda del tesoro por todo Estados Unidos. Ha escondido cinco cofres con objetos por valor de más de dos millones de dólares. Una imbatible forma de promocionar un libro. Un poco cara, eso sí...

Jueves, 19 de Diciembre 2024, 17:14h

Tiempo de lectura: 3 min

Una lista de objetos que pueden cambiarte la vida... si los encuentras: el primer bitcoin físico de la historia; un collar con un rubí original de tres quilates; un vaso de oro de la cultura chavín de unos 600 años antes de Cristo; el broche de diamantes y zafiros de Jacqueline Kennedy Onassis... Todos ellos forman parte de las cinco cajas, valoradas en más de dos millones de dólares, que un excéntrico millonario estadounidense, enriquecido gracias a sus inversiones en bitcoins, ha distribuido por el territorio de su país.

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El botín. En los cofres hay muchos objetos antiguos de oro y piedras preciosas, de valor evidente, como este broche de diamantes y zafiros que perteneció a Jackie Kennedy Onassis, pero también cartas de coleccionista, como el cromo de la primera temporada que Michael Jordan jugó en la NBA o un pendiente de oro, diseñado por Pablo Picasso.

El sujeto en cuestión se llama Jon Collins-Black, y su afición por la búsqueda de tesoros parece algo arraigado en él desde la infancia. Nacido en Carolina del Norte, su padre, un ministro de Dios, se llevó a su madre y a su hijo a vivir a una cabaña de madera (un viejo sueño de ella) construida con sus propias manos. Fue allí, en plena naturaleza, mientras su madre le contaba historias de tesoros escondidos, donde el joven Jon desarrolló un sentido especial para las aventuras, persiguiendo lagartijas y serpientes, tamizando un arroyo en busca de oro y cavando hoyos en una mina cercana en busca de gemas y soñados tesoros. Experiencias que lo marcaron para siempre y que, al hacerse millonario, decidió compartir con el mundo.

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Un gran sueño de infancia. La afición por la búsqueda de tesoros de Jon Collins-Black proviene de su infancia en Carolina del Norte, en plena naturaleza, donde su madre le contaba historias de tesoros escondidos y donde él ya cavaba hoyos en una mina cercana en busca de gemas y soñados tesoros.

Emigrado a California, donde prosperó como empresario, se hizo rico invirtiendo en bitcoins y, durante la pandemia de COVID-19, se dedicó a adquirir valiosas piezas de coleccionismo de todo tipo en subastas y anticuarios. El siguiente paso fue reunir esos objetos en cinco cofres y esconderlos esparcidos por Estados Unidos, en ningún caso dejando más de uno en un solo estado. Según ha declarado, además, no están enterrados, se hallan todos en terrenos de titularidad pública y en lugares que no son «peligrosos».

Para esconderlos, cuenta Collins-Black, se pateó en persona más de 160 kilómetros en busca de las localizaciones. Todas las cajas, por otro lado, se pueden abrir sin forzarlas, como rompecabezas cuyas instrucciones se incluyen en un libro que acaba de publicar.

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Otra 'joya' del tesoro. Una carta del Pakémon Shining Charizard, de 2002, primera edición, es otro de los objetos de colección incluidos en el tesoro .

Se titula There’s treasure inside (Hay un tesoro dentro) y en él ofrece todos los detalles necesarios para participar en esta original ‘caza del tesoro’, y advierte: «No es necesario ser un genio para resolverla». Aconseja, eso sí, leerse el libro un par de veces, ya que muchas pistas, en especial las necesarias para abrir el cofre más grande, bautizado como The Lion’s Share (expresión inglesa que significa algo así como 'el más importante de todos'), están dispersas por diversos capítulos y hay que prestar mucha atención para identificarlas e interpretarlas. Las correspondientes a las cuatro cajas restantes tienen capítulos dedicados con acertijos y juegos específicos.

Por cierto, que en caso de que en un plazo de diez años nadie encuentre las cajas en cuestión, cuyas ubicaciones solo el autor conoce, este aficionado desde niño a la naturaleza, los acertijos y los juegos de rol como Dragones y Mazmorras, publicará información extra para facilitar la búsqueda. No quiere morirse sin que nadie halle sus tesoros. Más que nada, dice, para celebrarlo con el ganador.