Se buscan: cinco cofres con objetos de más de dos millones de dólares
Se buscan: cinco cofres con objetos de más de dos millones de dólares
Jueves, 19 de Diciembre 2024, 17:14h
Tiempo de lectura: 3 min
Una lista de objetos que pueden cambiarte la vida... si los encuentras: el primer bitcoin físico de la historia; un collar con un rubí original de tres quilates; un vaso de oro de la cultura chavín de unos 600 años antes de Cristo; el broche de diamantes y zafiros de Jacqueline Kennedy Onassis... Todos ellos forman parte de las cinco cajas, valoradas en más de dos millones de dólares, que un excéntrico millonario estadounidense, enriquecido gracias a sus inversiones en bitcoins, ha distribuido por el territorio de su país.
El sujeto en cuestión se llama Jon Collins-Black, y su afición por la búsqueda de tesoros parece algo arraigado en él desde la infancia. Nacido en Carolina del Norte, su padre, un ministro de Dios, se llevó a su madre y a su hijo a vivir a una cabaña de madera (un viejo sueño de ella) construida con sus propias manos. Fue allí, en plena naturaleza, mientras su madre le contaba historias de tesoros escondidos, donde el joven Jon desarrolló un sentido especial para las aventuras, persiguiendo lagartijas y serpientes, tamizando un arroyo en busca de oro y cavando hoyos en una mina cercana en busca de gemas y soñados tesoros. Experiencias que lo marcaron para siempre y que, al hacerse millonario, decidió compartir con el mundo.
Emigrado a California, donde prosperó como empresario, se hizo rico invirtiendo en bitcoins y, durante la pandemia de COVID-19, se dedicó a adquirir valiosas piezas de coleccionismo de todo tipo en subastas y anticuarios. El siguiente paso fue reunir esos objetos en cinco cofres y esconderlos esparcidos por Estados Unidos, en ningún caso dejando más de uno en un solo estado. Según ha declarado, además, no están enterrados, se hallan todos en terrenos de titularidad pública y en lugares que no son «peligrosos».
Para esconderlos, cuenta Collins-Black, se pateó en persona más de 160 kilómetros en busca de las localizaciones. Todas las cajas, por otro lado, se pueden abrir sin forzarlas, como rompecabezas cuyas instrucciones se incluyen en un libro que acaba de publicar.
Se titula There’s treasure inside (Hay un tesoro dentro) y en él ofrece todos los detalles necesarios para participar en esta original ‘caza del tesoro’, y advierte: «No es necesario ser un genio para resolverla». Aconseja, eso sí, leerse el libro un par de veces, ya que muchas pistas, en especial las necesarias para abrir el cofre más grande, bautizado como The Lion’s Share (expresión inglesa que significa algo así como 'el más importante de todos'), están dispersas por diversos capítulos y hay que prestar mucha atención para identificarlas e interpretarlas. Las correspondientes a las cuatro cajas restantes tienen capítulos dedicados con acertijos y juegos específicos.
Por cierto, que en caso de que en un plazo de diez años nadie encuentre las cajas en cuestión, cuyas ubicaciones solo el autor conoce, este aficionado desde niño a la naturaleza, los acertijos y los juegos de rol como Dragones y Mazmorras, publicará información extra para facilitar la búsqueda. No quiere morirse sin que nadie halle sus tesoros. Más que nada, dice, para celebrarlo con el ganador.