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Desayuno de domingo con... Ángela Vallvey: «Ver a un hombre que ronca despierta los instintos más bajos de una mujer insomne»

San Lorenzo de Calatrava (Ciudad Real), 1964. Lectora empeñada en leer el mundo, que a veces se muestra como un libro cerrado, cada tanto publico. Ahora, 'Cuentos para dormir más y mejor' (Arzalia Ed.).

Ángela Vallvey: «Ver a un hombre que ronca despierta los instintos más bajos de una mujer insomne»
Javier Ocaña.

Viernes, 13 de Diciembre 2024, 10:41h

Tiempo de lectura: 2 min

XLSemanal. Ganó los premios Nadal, Ateneo de Sevilla, Julio Camba… ¿y se considera escritora ocasional?

Ángela Vallvey. Digo que soy por encima de todo lectora porque he leído mucho más que he escrito.

XL. Igual que el común de los mortales...

Á.V. Será entonces que ya no le veo la gracia a publicar.

«Si el humor lo escribe un hombre, se lo trata con respeto; si una mujer, hay condescendencia y prevención. Una mujer que escribe humor nunca será tomada en serio»

XL. Pues sus cuentos, siendo intensos, tienen una buena carga de humor.

Á.V. Ya que publico, pues con gracia, ¿no?

XL. No sé si lo que tengo entre las manos son cuentos, sueños, poesía, novela…

Á.V. Es inclasificable [ríe]. Es un bicho raro del que los lectores más avezados, espero, tendrán compasión.

XL. Diría que son reflexiones de punta afilada sobre lo cotidiano, cargadas de fábulas clásicas que evocan las de Iriarte, con duendes mágicos al estilo de Carroll…

Á.V. [Interrumpe]. ¡Qué bonito! Pónmelo por escrito que me voy a hacer una tarjeta y una camiseta [ríe].

XL. … y todo con mucho humor, pero a la vez con ganas de remover conciencias.

Á.V. El humor y la sátira son máscaras engañosas, de apariencia inocente, llenas de intención, caramelos envenenados para mejorar el presente, y eso intento...

XL. Dedica, por cierto, el libro «a 'las' que dan demasiadas vueltas en la cama». ¿'Ellos' duermen como troncos?

Á.V. Es que tengo muchas amigas insomnes y amigos que roncan envidiablemente. Ver dormir a un hombre que ronca despierta los más bajos instintos de una mujer insomne. Dormir en cuartos separados y tener baños distintos, con cerradura y clave de seguridad, salva muchos matrimonios.

XL. Una de sus protagonistas se casa con un hombre de cuerpo estupendo, pero sin cara: prefiere poseerlo a verle el rostro.

Á.V. ¡Qué mujer no lo ha soñado! Es el hombre perfecto: lo ves de espaldas y ya te gusta, no hace falta más [ríe].

XL. ¿Me lo parece a mí o hay pocas autoras que escriban con humor?

Á.V. Pocas, y no somos bienvenidas en todos los sitios, sino desdeñadas por la crítica y relegadas a un papel muy secundario: un cameo para los que mandan. Si el humor lo escribe un hombre, se lo trata con respeto; si una mujer, hay condescendencia y prevención. Una mujer que escribe humor nunca será tomada en serio.

XL. A estas alturas, ¿esto es así?

Á.V. Sí, lo he vivido en mis carnes. Destrozaron mis primeros libros y, de paso, a mí. Se me quitaron las ganas de hacer humor, pero sigo haciéndolo porque en mi vida diaria soy una cómica; mal pagada, pero alegro a mi entorno.

«Soy insomne: nada de cafeína. Según me levanto, tomo un bol con leche de avena y cereales de chocolate sin gluten. Y a media mañana, un descafeinado».

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