750 kilómetros, dos caídas y cientos de historias: el Camino de Santiago en bicicleta

Iago García / Senén Rouco REDACCIÓN

GALICIA

Iago García y Senén Rouco se marcaron el reto de completar el recorrido en España de una de las mayores rutas de peregrinación del mundo. 750 kilómetros de Roncesvalles a Santiago que te detallan pedalada a pedalada en un despliegue multimedia con textos, fotografías y vídeos

04 ago 2019 . Actualizado a las 19:21 h.

La Voz realiza una serie sobre el Camino de Santiago especialmente dirigida a bicigrinos. Pero apta a la vez para peregrinos de a pie. Descripción de espacios, narración al detalle de todas las sendas por las que se llega al Obradoiro, interacción con cientos de personas de todo el planeta y cómo no, el descubrimiento de los bellos paisajes y localizaciones de las cuatro autonomías que se atraviesan: Navarra, La Rioja, Castilla y León y Galicia. 

La elección del trazado francés no es baladí: Es el favorito para 6 de cada 10 romeros. En él hay puntos cargados de simbolismo, como la Cruz de Fierro, en la localidad leonesa de Santa Colomba de Somoza. Allí, en el lugar más alto de la ruta, a 1.500 metros, la tradición peregrina nos obliga a dejar la piedra que hemos cargado desde la salida. A nivel físico, el desnivel y el firme irregular son nuestro peor enemigo sobre la bicicleta. Entre los que vas a leer (y ver) a continuación están el descenso entre el alto del Arre y Zubiri en Navarra, que conlleva frenadas muy calculadas. Excepcionales son también los 12 kilómetros sin ninguna localidad entre Villafranca de Montes de Oca hasta San Juan de Ortega, no aptos para miedosos. Ya en Galicia, ¿nos obligarán los pedregosos senderos entre O Cebreiro y Triacastela a bajarnos del sillín?. Te ofrecemos un guión cambiante condicionado por agentes externos como el calor o el cansancio en el que tú serás cómplice de un viaje irrepetible... ¿Pedaleamos juntos?.

Senén Rouco y Iago García, en Mansilla de las Mulas
Senén Rouco y Iago García, en Mansilla de las Mulas Senén Rouco

Roncesvalles-Pamplona

Hacer la segunda semana de julio esta etapa supone llegar a una capital navarra que disfruta de las fiestas de San Fermín. Pese a la gran afluencia de gente, la señalización es excelente. El primer tramo de bosque es muy verde y fresco, incluso en verano. 

Pamplona-Estella

El alto del Perdón es el gran reto físico de este tramo. Debemos tomarlo con calma si sobre la bici decidimos hacer el mismo recorrido que los peregrinos de a pie. En Navarra todas las localidades ofrecen cuidadas fachadas y senderos allí por donde pasa el Camino.

Estella-Logroño

Primer cambio de comunidad, pernoctando en la capital riojana, Logroño. Entre los alicientes de los próximos kilómetros la fuente del Vino de Irache, que mana de verdad. Si obviamos la carretera, porque queremos vivir la experiencia del Camino en su totalidad debemos afrontar firme resbaladizo y terreno peligroso por las vías de agua que dejan las lluvias.

Logroño-Santo Domingo de la Calzada

Atravesamos Nájera, localidad de tradición jacobea y dónde el peregrino es bautizado como «najerino». Descubrimos la vocación internacional de una ruta en la que en apenas 50 kilómetros nos topamos con ocho nacionalidades diferentes.

Santo Domingo de la Calzada-San Juan de Ortega

Capítulo (y etapa) en la que los peregrinos nos abren sus mochilas para saber cómo afrontan las largas jornadas de caminata. Kilómetros marcados por la subida de Montes de Oca y el alto de la Pedraja.

El polaco Voitek y la surcoreana Kim
El polaco Voitek y la surcoreana Kim Senén Rouco

San Juan de Ortega-Hornillos del Camino

Dos de cada cien peregrinos que llegan a Santiago son de Corea del Sur. Nos proponemos ahondar en los motivos que los llevan a Compostela. Hoy atravesamos una de las ciudades más disfrutables para los peregrinos: Burgos. Su catedral gótica impresiona, al igual que coger fuerzas son su producto gastronómico típico: la morcilla.

Hornillos del Camino-Frómista

Con siete días y 500 kilómetros a nuestras espaldas chequeamos la señalización de la ruta. La icónica flecha amarilla, cuyo artífice fue el párroco de O Cebreiro, Elías Valiño, guía cada pocos metros el Camino. 

Frómista-Terradillos de los Templarios

Castilla y León es la comunidad con mayor número de kilómetros del trazado francés. Muchas son las paradas en pequeñas localidades castellanas que duplican su población durante todo el año gracias al Camino. Un negocio, pero también para sus vecinos, una forma de convivencia con los peregrinos.

Terradillos de los Templarios-Mansilla de las Mulas

La media compostela llega en Sahagún, en la iglesia de la Peregrina. El Camino está salpicado de localidades idénticas entre sí, parece que hacemos en el mapa un copia y pega en un procesador de textos. Estar cada vez más cerca de la meta anima cada pedalada. 

Mansilla de las Mulas-San Martín del Camino

En esta ocasión toca atravesar León, repleta de atractivos monumentos y gastronomía que nos harán más llevaderos los kilómetros. El Camino Francés nos deja en su catedral, a un paso de sus antológicas tapas. El barrio Húmedo es una perdición deliciosa. Anota los nombres de los lugares que aglutinan la mejor oferta de comida: calle Ancha y plaza de San Martín. 

San Martín del Camino-Foncebadón

Avanzmos rebasando Astorga, y recordamos pequeños paraísos en los que hemos disfrutado de momentos de relax a lo largo de nuestra ruta. El Cátaro, en Castrojeriz; El Oasis del Camino, en San Juan de Ortega; o La Casa de los Dioses, en San Justo de la Vega. Remanso de paz a los que ansiar llegar en nuestro tránsito a Compostela.

Foncebadón-Villafranca del Bierzo

A 1.500 metros, en el punto más alto del Camino francés, encontramos uno de los lugares con mayor simbolismo de la ruta jacobea. Aquí dejamos la piedra que hemos cargado desde nuestra salida en Roncesvalles. Acompaña a tantas otras de otros muchos peregrinos, que de manera metafórica sueltan lastre antes de entrar en Galicia.

Villafranca del Bierzo-Triacastela

Bicicletas rodando hay menos que pies andando en el Camino. Cada manera de hacer la ruta jacobea tiene sus pros y sus contras. Pero hay firmes defensores de los pies descalzos. Para estos peregrinos liberarse del calzado supone no sufrir las ampollas y rozaduras que afectan al resto. Aquí tienes los casos más llamativos:    

Triacastela-Portomarín

Segunda etapa en Galicia y una cuenta atrás desde Sarria con la que ya vislumbramos nuestra llegada al Obradoiro. El Camino se pone a 100. Literalmente. Tanto por kilómetros como por cantidad de romeros. 

Portomarín-Palas de Rei

Pasado O Cebreiro aún quedan en Galicia tramos muy exigentes a nivel físico. Los días pesan, influenciados por un odómetro que rebasa los 700 kilómetros desde que salimos de Roncesvalles. En esta etapa descubrimos que a Santiago, cuantos más mejor: Multitudinarios grupos de escolares y familias buscan su Compostela a pie. 

Palas de Rei-O Pedrouzo

La etapa más gastronómica permite al peregrino deleitarse con manjares tradicionales como el pulpo en Melide o el queso en Arzúa. Dos localidades en las que reposar una ruta que en Galicia sigue transcurriendo entre verdes y sombrías sendas que se agradecen especialmente durante los rigores del mediodía estival.

O Pedrouzo-Santiago

 17 días y más de 750 kilómetros después conseguimos el reto: hemos completado en bicicleta el Camino. El último tramo, de apenas 20 kilómetros, se hace corto y melancólico. Pero llegar al Obradoiro durante las fiestas del Apóstol es impresionante. La fachada barroca de Fernando de Casas Novoa, simbólica meta, la vemos más imponente que nunca.  

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