¿Puede una discoteca «dirigir» la entrada solo a mayores de 21 años? Así pretende operar Circus, el nuevo local de Santiago
VIVIR SANTIAGO

Con la ley en la mano, restringir el paso a los mayores de 18 años es ilegal en cualquier caso
28 sep 2023 . Actualizado a las 18:52 h.Todavía no hace una semana que la discoteca Circus, emplazada donde antes se encontraba Facultad, que asimismo ocupaba el lugar donde los más veteranos recordarán Liberty, abrió sus puertas en Santiago de Compostela. Entre las novedades que incorpora el nuevo negocio se encuentra una que sobresale entre todas: la motivación que tiene la gerencia de «dirigir» la entrada solamente a los mayores de 21 años. Por supuesto, Circus no pretende prohibir la entrada a los menores de 21, tampoco puede. Simplemente busca llevar una política comercial que se oriente y sirva de reclamo hacia jóvenes, pero más mayores.
Para que todo quede claro conviene consultar directamente la ley, que no deja dudas sobre la ilegalidad de restringir el paso a los menores de 21 que hayan superado los 18 años. Esto emana directamente de la Constitución, de su artículo 14, que establece la igualdad entre todos los ciudadanos, y no permitir la entrada a mayores de 18 años no estaría en ningún caso permitido, dándose una discriminación por razón de edad.
«Tampouco serve que o porteiro se escude no dereito de admisión, tantas veces invocado nestes casos, pois está suxeito a uns principios xerais nos que non cabe este caso», señala Víctor Muñoz, presidente de la asociación de consumidores Facua en Galicia. Hace referencia a que la edad sí figura entre estos principios, pero siendo su cifra mínima los 18, no los 21.
Muñoz, también en este sentido, pone algunos ejemplos de lo que sí podría limitar el derecho de admisión, pero siempre son casos muy evidentes: «Ir a unha piscina sen traxe de baño ou a unha pista de baile sen o calzado axeitado, cousas así, que entran dentro da lóxica de calquera». Además, todas estas normas deben estar a la vista del público en la propia puerta del establecimiento.
De todos modos, en el caso de que suceda, las recomendaciones desde Facua están claras: «Pedir a folla de reclamacións e, se dende o negocio non a facilitan, chamar á policía, para que quede constancia do que está a pasar. Logo, con ese atestado policial, poñer unha reclamación ante o Instituto Galego de Consumo, dependente da Xunta de Galicia».

La complejidad de abrir un local en Santiago
Las normas que tienen que enfrentar los hosteleros para llevar adelante sus negocios son, a veces, duras, o al menos van en contra de lo que pretenden. Por supuesto, estas sirven para velar por los intereses de toda la sociedad, pero pueden resultar muy molestas para los interesados más directos.
A día de hoy se hace complicado para cualquiera emprender a través de un negocio de hostelería en Compostela. El abogado Javier Curros, del bufete Curros y Fanego, destaca la lentitud y la incomodidad de los trámites a desarrollar para el empresario, «debidas en gran parte a la carencia de personal técnico que tiene el Concello en esta área».
Entrando en materia, Curros diferencia entre los pubs de la zona vieja y los del ensanche. En los primeros se requiere licencia para acometer las obras necesarias, al estar de por medio las normas de Patrimonio y del plan especial del casco histórico. El proceso es lento «porque son muy pocos los profesionales disponibles para ejecutarlo» y luego hay que esperar a la culminación de las propias obras, que no suelen ser cosa de un abrir y cerrar de ojos.

En el caso de la zona nueva las reglas son diferentes. No se requiere licencia de obra, tan solo una comunicación a la administración de que se van a llevar a cabo los cambios pertinentes en el local y lo mismo pasa con la apertura. «El problema aparece cuando esa misma administración, en este caso el Concello, pasa las revisiones de los locales y comienzan a salir los desajustes con respecto a lo que se puede hacer y lo que no, una vez que el pub ya está en funcionamiento y con la inversión ya hecha por parte de la empresa».
En diferente situación están las discotecas, «que siempre requieren licencia para realizar las obras de mejora, no tan solo un acto comunicado, como los pubs», apunta Javier Curros. Para abrir, eso sí, tan solo sería necesario comunicarlo.