Regresa al fútbol profesional al imponerse al Barcelona B con un gol de Lucas Pérez ante un Riazor entregado
13 may 2024 . Actualizado a las 12:18 h.Con la zurda del hijo pródigo, desde la frontal del área, el Deportivo regresa al fútbol profesional. La ajustó tanto al poste Lucas Pérez, de libre directo, que hizo imposible la estirada de Ander Astralaga. Golazo. Los 31.833 deportivistas que encontraron sitio en Riazor gritaron con el alma al unísono. Era el minuto 57. Fue definitivo. El Barcelona B ya no podrá alcanzar a los de Idiakez en las dos jornadas que restan. El Dépor logra el ascenso.
La plantilla y el cuerpo técnico se sumó anoche a la marea blanquiazul que los arropó desde la «fan zone» de Riazor. Motivos principalmente logísticos movieron al Deportivo a aprovechar el enorme dispositivo desplegado en las inmediaciones de un estadio que en la tarde del domingo vivió con pasión el triunfo que valió el alirón en el grupo 1 de Primera Federación, así como el ascenso a Segunda División. El propio club anunció el cambio al término del partido. Este lunes será el turno de la visita institucional a la Deputación de A Coruña (11.00 horas), a la Xunta de Galicia (13.30 horas) y a Abanca (17.00)..
No obstante, el deportivismo sí tendrá su fiesta en la Plaza de Cuatro Caminos en A Coruña. Se organizará el sábado 25, cuando termine la fase regular del campeonato con un encuentro frente al Real Unión de Irún que está previsto a las 19 horas en Riazor. El Dépor todavía disputará luego la eliminatoria de campeones contra el Castellón.
El Dépor logra regresar al fútbol profesional después de cuatro temporadas en el barro de la categoría de bronce, quedará siempre en el recuerdo por ser aquel conjunto que realizó una remontada espectacular, batiendo todo tipo de registros. Como aquel grupo que compitió bajo el lema de la piña mecánica.
Victorias seguidas: siete triunfos consecutivos. Entre el 21 de enero y el 3 de marzo, el Deportivo encadenó siete victorias seguidas. Una racha espectacular que no solo le permitió acceder a zona de play off, sino que además posibilitó que asaltase la primera posición, culminando así una remontada espectacular.
Ponferradina (2-0), Celta Fortuna (1-2), Fuenlabrada (4-1), SD Logroñés (0-5), Tarazona (4-1), Osasuna B (0-4) y Lugo (4-1) sucumbieron a la piña mecánica. Una marca que supuso igualar las conseguidas en las campañas 2019-2020 (Fernando Vázquez), 1999-2000 (Javier Irureta) y 1963-64 (Roque Olsen).
Puntos de visitante. Once victorias fuera, una cifra que nunca se superó. A falta de un encuentro por disputar como visitante, el que disputará el próximo sábado (19.00 horas) ante la Real Sociedad B, el Deportivo ha sumado 37 puntos lejos de Riazor. Una espectacular cifra cimentada en los 11 triunfos cosechados a domicilio, que suponen alcanzar el histórico del club. Ese fue el registro también conseguido por los blanquiazules en las campañas 2011-12 (con Jose Luis Oltra en el banquillo) y en la 2013-2014 (con Fernando Vázquez), aunque en ambos casos después de disputar 21 partidos fuera de casa (en Segunda División). El equipo de Imanol Idiakez tan solo cayó en Fuenlabrada (1-0), en Irún (3-0) y en León (1-0); mientras que empató en Salamanca (0-0), Ponferrada (1-1), Tarazona (1-1) y Tarragona (1-1). El resto de rivales de Primera Federación sucumbieron ante los coruñeses.
Segunda vuelta: 14 victorias y 3 empates. Con el triunfo ante el Barcelona Atlètic, el Deportivo suma 14 victorias y 3 empates en los 17 partidos que lleva jugados en la segunda vuelta de la competición. Es decir, 45 puntos de 51 posibles. El récord histórico del club coruñés en una vuelta estaba en los 43 de la primera del curso 2021-22 (Borja Jiménez). La mejor marca de la categoría la tiene el Castellón, que en esta primera vuelta alcanzó los 46; seguido del Racing de Santander de la 2021-22 (45); el Ibiza de la presente campaña (44); y el Alcorcón, el Racing de Ferrol y el Amorebieta, los tres al unísono, de la 2022-23 (42).
Lucas Pérez: A la altura de Messi. Desde que Leo Messi logró en la temporada 2011-12 marcar y asistir a la vez en cinco jornadas seguidas, ningún jugador de las tres primeras categorías del fútbol español había logrado tal hazaña. Hace unos meses lo igualó Lucas Pérez con el Deportivo, entre las jornadas 22 y 26. «Jamás se podrá poner el nombre de Lucas Pérez junto al de Messi», quiso restarle importancia el de Monelos en una entrevista en As; pero lo cierto es que ningún otro futbolistas lo había conseguido desde entonces.
Reacción insólita: La mayor remontada. El Deportivo pasó de estar a diez puntos del liderato, en la jornada 19, a ser el líder en la 26. Algo insólito no solo en la Primera Federación, también posiblemente en el resto de categorías del fútbol. En siete jornadas le devoró 12 puntos a la Ponferradina, 13 al Celta Fortuna, 7 al Nàstic, 16 a la CyD Leonesa y 17 a la Real Sociedad B, que eran los equipos que tenía entonces por delante. El referente Amorebieta necesitó la temporada pasada 11 partidos para remontar ocho puntos de desventaja; el Racing de Ferrol tardó 17 semanas en levantar 9 puntos (también curso 2022-23); y el Andorra (2021-22) precisó 23 fechas para contrarrestar una diferencia de 13 puntos.
Goles marcados: 21 en cinco partidos seguidos. Entre el 4 de febrero y el 3 de marzo, el Deportivo consiguió anotar 21 goles (en 5 partidos). Un dato espectacular, sin precedentes, y que contrasta todavía más por el hecho de que en toda la primera vuelta (19 duelos) apenas había conseguido materializar 20.
La piña de Riazor que endulzó el camino
A lo largo de toda la temporada, el Deportivo consiguió reunir en su estadio a más de veinte mil espectadores en todos los encuentros de Liga, a excepción de cuatro, que además fueron consecutivos: el 11 de noviembre ante la SD Logroñés (18.557), el 26 de noviembre frente al Osasuna Promesas (16.637), el 10 de diciembre contra el Sestao (17.950) y el 4 de enero ante la Real Sociedad B (19.715). Solo ese dato sirve para demostrar que el deportivismo nunca abandona a su equipo, ni siquiera cuando estaba hundido en la tercera categoría del fútbol español.
Riazor es de Champions. Y comenzó a demostrarlo desde agosto con afluencias que ya desearían para ellos muchos de los equipos de Primera División. A pesar de que el equipo coruñés no fue capaz de pasar del empate en los duelos contra el Rayo Majadahonda, el Teruel y el Cornellà, se dieron cita en el templo herculino 20.649. 22.161 y 22.130 espectadores, respectivamente. La cifra fue a más contra el Celta Fortuna, alcanzando los 25.672, y eso que se perdió.
Los momentos más duros
El Deportivo tocó fondo tras el empate frente al Osasuna Promesas (1-1). El equipo marchaba undécimo, con apenas 19 puntos en 14 jornadas, a 7 de la zona de play off y a 9 del liderato. Pero, con todo, el estadio municipal coruñés nunca bajó de los 16.637 aficionados que hubo ante el filial rojillo.
Eran tiempos en los que incluso se puso en duda la continuidad de Imanol Idiakez al frente del banquillo blanquiazul, pero, aun así, nunca hubo una manifestación destructiva contra el equipo, a pesar de que este ofrecía un pobre rendimiento.
La ilusión se prendió con el cambio de año. Quizás ya antes, en el duelo de la Copa del Rey frente al Tenerife, que reunió a 19.715 espectadores que disfrutaron de sus niños. Abegondo prendió la mecha y Riazor se emocionó con los suyos. Así que a la vuelta de vacaciones se creó un ambiente inmejorable que llevó al plantel en volandas hacia la gloria.
La piña
A finales de enero comenzó a fraguarse una campaña que ni los publicistas más reputados serían capaces de crear de forma consciente. Todo se inició en X (antes Twitter) con el mensaje de un deportivista en la citada red social: «Chavales, no es una recomendación, es una orden. Todos una piña en el nombre». «Lucas Pérez, hazlo tú también, va, que no tenga sentido, cámbiate el nombre de Twitter», agregó.
Y dicho y hecho. El de Monelos aceptó el reto y le siguieron compañeros como Quintero y Rubén López. También celebridades como Xosé A. Touriñán e incluso la propia Inés Rey. «Si con esto ya no ascendemos, yo ya no sé...» expresó la alcaldesa de A Coruña. El efecto de la piña contagió a todos y hasta se empezó a ver a esta fruta por la grada. Incluso hubo aficionados del Dépor expulsados en Logroño disfrazados de piña. Toda una locura.
El equipo comenzó a ganar partidos, recortó distancias con la cabeza y poco a poco alcanzó el liderato. El 3 de marzo, ante el Lugo, se batió el récord de asistencia a un partido de Primera Federación (28.112) y ya no se bajó de los 26.000 en el resto de encuentros de la Liga. El club empezó a enlazar sucesivos «no hay billetes» y Riazor comenzó a vivir ambientes de ascenso desde muy pronto.
En el partido ante la Cultural y Deportiva Leonesa, Riazor, además de volver a batir el récord (29.079), se convirtió en el cuarto evento deportivo del fin de semana con una mayor afluencia de público. Un dato sensacional. En las duras y en las maduras, el deportivismo demostró que sigue siendo una afición de Champions.
Un estadio con lista de espera
La depormanía es total. Ya desde el verano, la afición se lanzó a renovar y a comprar sus abonos, a pesar de las decepciones acumuladas en los últimos años. El club se vio obligado a cerrarla el 30 de septiembre. «Grazas por rachar todos os límites», expresó el Deportivo en sus redes sociales, al anunciar que se habían alcanzado los 28.346 carnés.
A partir de ese momento, el club comenzó a solicitar que los socios que no podían acudir a cada encuentro liberasen sus asientos y poder ceder su plaza a otro deportivista. Además, la entidad abrió un formulario para que los interesados en hacerse socios pudiesen ingresar en una lista de espera que, poco a poco, fue creciendo a pasos agigantados. El 23 de abril eran 2.422 los interesados y esa cifra ya ronda hoy los 3.800. Y es que el estadio municipal de Riazor se ha quedado pequeño en tercera división.
En los últimos encuentros, el club también anunció varios sold out seguidos contra el Lugo, ante la Leonesa, frente al Arenteiro y también ante el Barcelona Atlètic. Estas últimas localidades se agotaron con 20 días de antelación, el mismo día que se pusieron a la venta.
Lucas Pérez y el amor por unos colores
No dudó en bajarse al fango desde la élite para ayudar a su Deportivo. Ese que hacía que Lucas Pérez se escapase del colegio siendo un niño para ver a las grandes estrellas del club. «Algún día el bus del equipo me llevará a mí», se decía en su niñez. El más puro ejemplo de sentimiento hacia unos colores. Su decisión impactó a un mundo del fútbol que está cada vez más mercantilizado. Pero él no lo dudó. Ni un segundo. Los sentimientos fueron más fuertes que el dinero. «A mí me gusta estar justo ahora, en el peor momento. Me podría haber quedado en Primera, pero quiero estar en esta ciudad, en este club», recordó en febrero en una entrevista a La Voz. Hacía poco más de un mes que se cumplía un año de su regreso. Tenía claro que había tomado la decisión adecuada.
Su llegada aupó anímicamente a la afición, que creyó que con él en sus filas el ascenso a final de temporada sería una realidad. Dos peldaños por debajo y con una zurda impecable, se le veía sobrado para la categoría. La herida de la derrota contra un Albacete dirigido por un ex y coruñés como Rubén de la Barrera todavía no se había cerrado cuando otra más apareció en la historia del deportivismo. El Castellón le apeó del play off y el Dépor se despidió del ascenso.
Después de una pasada campaña en la que Lucas demostró su más fiel compromiso jugando con alguna que otra lesión muscular, resultó difícil reconocerle al inicio de este curso. Y eso que en el 2023 fue el futbolista con más relación directa con el gol en Primera Federación.
No era ese jugador con una gran mentalidad. Los derroteros por los que bajaba el equipo le arrastraron por completo. Necesitaba a su alrededor gente que le ayudase a dar ese plus para ganar partidos. Ni Davo, ni Valcarce ni Cayarga daban de sí. Mella no había despegado, y Yeremay estaba lesionado. Pesaba la falta de gol. Y al 7, más. El equipo echó mano del balón parado y de los testarazos de los Pablos. Sus goles salían de las botas de Lucas.
El coruñés, incansable, era consciente de que su gran año estaba por llegar y que se culminaría con grandes alegrías. Su sequía goleadora y una versión menor se le estaban empezando a hacer largos, hasta tal punto que incluso hubo partidos en los que no chutó a puerta en jugada. Sus asistencias maquillaban el rendimiento.
Tras el regreso de Barbero, Idiakez colocó al de Monelos más retrasado. Y, a partir de ese momento, algo hizo clic. Reimpulsó al equipo, además de mostrar su mejor fútbol y potenciar sus virtudes —golpeo, capacidad de ver el juego a otro nivel, facilidad para el último pase y la finalización—. Se sintió más cómodo. Más él. Volvió a ser aquel jugador diferencial de otra categoría. Después de diecisiete jornadas sin marcar, se desquitó el 4 de enero con un doblete en Riazor ante la Real Sociedad B para abrir su cuenta goleadora. Lucas estaba de vuelta.
Un líder nato
«La clave es no perder la tranquilidad, tener siempre presente a dónde he llegado a través de mi talento, de mi trabajo y de mi esfuerzo. Porque el talento, sin el resto, no da nada. Así se ha regido mi vida y así se va a seguir rigiendo. Si tuviese 20 años, era fácil que me llegase a desesperar. Los goleadores pasamos rachas, hay que convivir con todos los momentos», aseguró. Y añadió: «Lo importante es que en junio estemos celebrando el ascenso». Acertastó de pleno Lucas.
Tras destapar la lata en el encuentro con el filial txuri-urdin, volvió a tener un idilio con el gol, anotando seis dianas en cinco partidos seguidos. La mejoría del equipo se palpaba. El delantero lo llevaba de la mano. Un líder. Ese mismo que llamó la atención de Wenger en el 2016. Hasta que un esguince de rodilla le mantuvo fuera de los terrenos de juego durante cuatro jornadas.
Volvió ante la Cultural. Anotó uno de los dos goles del enfrentamiento. Culminó con un zapatazo con la zurda una acción armoniosa. El balón se fue abriendo hasta finalizar en el fondo de la red. Inesperado. Qué forma de volver, Lucas. Desahogado, tras la línea de cal le esperaba Idiakez para fundirse en un abrazo. Líder con míster. Unidos. Como todo el vestuario.
Cierra el año despidiéndose de aquel atacante y buscador de espacios que le llevó a la Premier League, convirtiéndose en un pasador nato y un catalizador del juego. Dirige, distribuye, protege el esférico, calcula el momento para hacer daño y ejecuta.
Estandarte coruñés del equipo
Lucas no solo representa al Dépor, representa al fútbol base coruñés y a los barrios de la ciudad. Pero tiene claro que el sentimiento por el conjunto blanquiazul no depende del DNI de cada uno. «No necesito llenar el equipo de coruñeses, necesito que quienes vengan sientan este club. ¿Le vas a negar a Pablo Martínez el sentimiento de pertenencia?», se preguntó. A punto de cumplir 36 años, ha cumplido el objetivo de llevar a su Dépor a Segunda y, aunque no se plantea la retirada, sabe que el equipo quedará en buenas manos. «Si hubo uno después de Mauro o de Fran, cómo no va a haber uno después de Lucas. Estarán Yeremay, Mellita, Barcia... Y yo animando». Porque hay cosas que no cambian, y su Dépor siempre será su Dépor.
Utilizó el fútbol como guía de su vida tras la muerte de sus abuelos
Mientras que Lucas pulía su fútbol con pachangas en el soportal de su edificio, Manuela y Manuel observaban desde arriba la mejoría de su nieto. Fueron ellos quienes le educaron y criaron. Pero, cuando tenía 16 años, se quedó solo. «Se fueron muy pronto para mí. Mi abuelo, por culpa de tres cánceres, cuando yo tenía catorce años. Mi abuela empezó entonces con el alzhéimer, y que no se acuerde de ti cuando llegas a casa...», lamentó el coruñés. En ese momento el fútbol fue el clavo ardiendo al que agarrarse: «Guio mi vida. Eso, y toda la buena gente con la que me he cruzado, me ha hecho como soy». En Vitoria, por ejemplo, le llevaba a entrenar el padre de un compañero o el de Óscar de Marcos. «Algo habré hecho para merecerlo». «El fútbol me obsesionó y no esperé por nadie. Porque cuando lo vives así te pide ser egoísta, en el sentido de ponerlo en el centro y echar a un lado el resto de tu vida», recordó en una entrevista.
Vivir solo desde tan temprano le hizo convertirse en una persona muy introspectiva. «Soy muy psicólogo de mí mismo. Claro que yo he pasado tanto tiempo solo por el mundo que quizá de ahí venga esto», reconoció. «Ahora tengo que preocuparme por más gente —en febrero del 2023 nació su hijo—. Antes era yo, y ya. La vida cuando estás solo vale un poco menos. Creo que es mejor si los logros y éxitos también se pueden compartir. Si quiero ser ejemplo de algo será de luchar, de esforzarse, pero sabiendo que eso tampoco te garantiza nada», apuntó.
El uno por uno de los 27 héroes del ansiado ascenso
Germán Parreño - 7: Arrancó como titular, pero fue uno de los castigados tras la derrota en el descuento en Fuenlabrada. Fue suplente solo cinco jornadas, pero no terminó de cerrar el debate de la portería hasta el mes de febrero. Sin alardes, pero fiable y con paradas muy importantes en los días clave, como en Tarragona, donde fue el mejor. También es destacable la confianza que ha ido adquiriendo en su juego con los pies.
Ximo Navarro - 8: Con el lateral granadino como titular, el Dépor solo ha perdido un partido, contra el Celta Fortuna (0-1), en el que se marchó lesionado. Imprescindible en la segunda vuelta blanquiazul, permitiendo a Mella brillar arriba gracias a un incombustible trabajo defensivo y con acertadas apariciones en ataque.
Pablo Vázquez - 9: El más regular. A gran nivel incluso en el peor momento del equipo. Un auténtico muro que además ha sido decisivo en el área rival, con cuatro goles vitales. Dos valieron el empate y dos pusieron al Dépor por delante. En total, ocho puntos se consiguieron en esas jornadas. Su gran conexión con Pablo Martínez se repitió también con Jaime y Barcia cuando el guion lo exigió. Es el que más minutos ha jugado.
Pablo Martínez - 7: No empezó bien y, entre lesiones y sanciones, le costó tener la continuidad necesaria para recuperar su mejor nivel, que sí ha alcanzado en este tramo final. Demasiado impulsivo en algunas ocasiones, pero es el alma del equipo y uno de los líderes del vestuario. Su poderío aéreo, además, ha servido para desatascar partidos, como contra el Nàstic en Riazor. Ha marcado tres goles en esta temporada.
Balenziaga - 7: Se adaptó a la perfección pese a bajar dos categorías de golpe el pasado verano. Inteligencia y veteranía siempre al servicio del colectivo. Al igual que Ximo con Mella, ha sido vital para que Yeremay pudiese brillar. Ha sumado un gol y una asistencia que valieron cinco puntos.
Diego Villares - 9: El pulpo de Samarugo. El motor de este equipo, que este año ha consolidado sus galones como segundo capitán. Mejoró con el cambio de esquema, con más espacio para poder realizar sus conducciones y sorprender en la presión al rival. Dos bazas, junto a su llegada al área, que le han servido para generar ochogoles (cuatro tantos y cuatro asistencias).
José Ángel - 8: El centrocampista que todo equipo necesita. Encargado del trabajo sucio y complemento perfecto a Villares y Lucas. Con los Pablos formó un triángulo excelso en el juego aéreo, que dificultó muchas veces a los rivales en la salida del balón. A veces, excedido en las faltas (nueve amarillas y una roja), también ha sumado en ataque (un gol y tres asistencias).
Mella - 8: El gran cambio del Dépor llegó cuando el desequilibrio de Yeremay por izquierda se compensó con la profundidad y verticalidad del de Teo por derecha. Su descaro juvenil le ha servido para sumar cifras con una facilidad pasmosa (cinco goles y tres asistencias). Su rol en el equipo ya es el de un jugador clave en el once.
Lucas Pérez - 9: El jugador más diferencial de toda la Primera Federación. Ha capitaneado al Dépor hasta cumplir su promesa del ascenso. Lo ha hecho como timón en el juego del equipo pese a iniciar de mediapunta y apareciendo en los momentos determinantes, con once goles y 16 asistencias.
Yeremay - 9: Su temporada de confirmación. Principal baza blanquiazul para desarticular las defensas replegadas que muchas veces se ha encontrado. Con detalles de magia que hacía mucho tiempo que no se veían por Riazor, propició al menos una ocasión clara por partido. Con él en el campo, el Dépor solo ha perdido un partido. Imparable por momentos, le ha faltado acierto en algunas ocasiones para sumar mejores cifras (cuatro goles y tres asistencias).
Barbero - 8: Su baja por lesión fue, quizás, la que más notó el Dépor. Su entrega y su olfato no encontraron reemplazo en el peor tramo del equipo. Espléndido en los duelos y muy fino de cara a la portería rival, ha alcanzado la decena de goles pese a perderse más de tres meses del curso. Contagia su energía.
Suplentes de lujo para hacer mejor al equipo en horas clave
Imanol Idiakez definió su once a partir de la derrota en León y gracias a la salud de hombres como Ximo, Yeremay o Barbero. Pero otros jugadores tuvieron un papel importante durante la temporada, ya sea como revulsivos, o durante sus titularidades en la primera vuelta.
Davo - 7: Uno de los más exigidos por la afición, pero sus siete goles fueron muy importantes. Clave en la continuidad de Idiakez y oportunista como pocos. Peor cuando se le ubicó en banda.
Hugo Rama - 6: Uno de los grandes fichajes del verano pasado, que no ofreció su mejor versión hasta el tramo final. Se rompió cuando mejor estaba.
Salva Sevilla - 5: Uno de los señalados del peor momento del curso, pero su rendimiento no fue malo. Sobre todo dirigiendo el juego. Le pesó no completar la pretemporada.
Paris Adot - 5: No convenció a Idiakez pese a su gran inicio. Su aporte ofensivo no lo compensó en defensa, y apareció en algunas fotos de los tropiezos.
Jaime - 7: El suplente con el que todo entrenador quiere contar. Notable de central y correcto como lateral o pivote. Un seguro de vida.
Dani Barcia - 6: Demostró estar preparado para ser titular en el primer equipo y dejó alguna actuación portentosa, como contra la Ponferradina, de lateral izquierdo.
Rubén López - 6: Otro que demostró tener nivel para el fútbol profesional. Un comodín muy utilizado por Idiakez en los finales de partido y un gol decisivo en Balaídos.
Ochoa - 6: Fue cuatro veces titular y marcó un gol, el de la victoria frente al Sabadell, cuando el equipo más necesitaba un nueve. Señalado en Irún y apartado por una lesión.
Berto Cayarga - 5: Empezó siendo un revulsivo habitual para Idiakez, con calidad para el pase. Tras cuatro meses suplente o no convocado, vuelve a disfrutar de minutos.
Pablo Valcarce - 4: Llegó como uno de los grandes nombres en el mercado veraniego y no cumplió, para nada, con las expectativas. No obstante, es cierto que su gol significó un punto en Salamanca y volvió a marcar en Fuenlabrada.
Iano Simao - Sin tiempo suficiente para calificar: Con ficha desde enero, casi no tuvo opción por el buen rendimiento de Balenziaga. Aportó energía cuando jugó (16 minutos).
Alberto - Sin tiempo suficiente para calificar: No tuvo minutos en su regreso.
El mercado de invierno cubrió las necesidades, pero no fue del todo aprovechado
En el mercado de invierno, el Deportivo movió ficha para cambiar el rumbo. Salieron Ian Mackay, Retuerta y Pablo Muñoz, mientras que se incorporaron Éric Puerto (Antequera), Raúl Alcaina (Alcoyano) y Quintero (Villarreal B). También se le dio ficha del primer equipo a Iano (Fabril).
Raúl Alcaina - 6: Un reemplazo similar e ideal para Barbero. Marcó en sus dos primeros partidos y suma casi un gol cada noventa minutos. Una amenaza en el juego aéreo y con mucha energía, lo que ha agradecido el Dépor en los últimos minutos de algunos partidos.
Luis Quintero - Sin tiempo suficiente para calificar: Parecía la alternativa ideal a Mella y Yeremay, pero no ha tenido oportunidades (8 minutos).
Éric Puerto - Sin tiempo suficiente para calificar: Un proyecto de futuro que no ha tenido minutos este curso.
Tres salidas invernales que no se echaron en falta
Cuando un club se decide a dejar salir a un jugador de su propiedad a mitad de curso, siempre existe el temor de que sus servicios terminasen siendo necesarios durante el resto de la temporada. En el Dépor, afortunadamente, no fue así.
Ian Mackay - 4: Muy criticado tras lo sucedido el año pasado en Castellón, empezó como suplente y no convenció a la grada ni al cuerpo técnico cuando tuvo la opción. La goleada en Irún (3-0) le apartó de la titularidad, y la eliminación copera contra el Tenerife fue su último partido con el Dépor, con el que rescindió en invierno, antes de fichar por el Eldense, en donde solo ha jugado dos encuentros.
Alberto Retuerta - 5: La lesión de Balenziaga le abrió las puertas a la titularidad en octubre y, con él sobre el campo, el Dépor ganó al Nastic y al Sabadell, y empató en Ponferrada. En invierno salió cedido al Hércules, de Segunda Federación.
Pablo Muñoz - 4: Solo tuvo minutos en la segunda y en la tercera jornada de liga. Lo hizo bien frente al Covadonga, en Copa, pero en enero salió cedido al Atlético Baleares, del otro grupo de Primera Federación, donde también ha tenido pocas oportunidades.
Brea y Mario Soriano se curtieron con cesiones durante la temporada
Más allá de los fichajes que llegarán durante el verano, el vestuario del Dépor se reforzará en el mes de julio con dos jugadores que no estuvieron presentes durante esta temporada.
Pablo Brea - 6: Más allá de la polémica causada por la cláusula que le impidió jugar en Riazor, Pablo Brea ha respondido cuando faltó Diego García, indiscutible bajo palos en el Arenteiro las últimas campañas. De hecho, con él en el campo, los de O Carballiño solo perdieron tres partidos, de nueve.
Mario Soriano - 8: Su regreso dependerá de si el Éibar asciende, pero por el momento ya ha demostrado nivel más que de sobra para destacar en la Segunda División. Este curso ha generado siete goles y ha disputado más de 2.500 minutos con el equipo armero. Un refuerzo de lujo.