A los 40, vendió su casa y su coche, y fue enlazando proyectos profesionales por distintos países. Lleva 32 en la mochila. Y de Ponte Caldelas no se marcha, porque no es capaz...
El perro, al que le amputaron una pata tras ser atropellado y quedar malherido, fue adoptado por una familia. Tras su recuperación estuvo en la protectora de Pontevedra