Revolución en el corral La gallina más vieja del mundo y otros pollos de récord (los hay hasta de un metro de alto)

Todo ocurrió durante el 25º Campeonato Mundial oficial de Carreras de Gallinas que se celebraba en el condado de Derbyshire, en el Reino Unido. Las 52 participantes habían sido entrenadas para ser el Usain Bolt del corral, pero solo una podría alcanzar la gloria. Y esa fue Road Runner, un ejemplar de la raza Rhode Island Red de tres años, cuyo propietario había situado en la línea de meta el manjar preferido por su campeona: una olla con larvas de gusanos de la harina. ¿Quién no enloquecería?

La raza Silkie o 'gallina sedosa' es una de las más sofisticadas que existen. Su peculiaridad radica en ese pelazo: un plumaje tan esponjoso que pide a gritos un abrazo. La clave está en que carece de barbicels, las proyecciones en forma de gancho que mantienen unidas las plumas. El primer relato escrito que se conoce sobre las gallinas sedosas proviene de Marco Polo, que escribió sobre un 'pollo peludo' en el siglo XIII durante sus viajes por Asia. Ahora, las silkies amenazan con robarle el título de 'mascota más entrañable' a todos esos gatitos y perritos que se llenan de clics en TikTok.

Mide un metro de altura y pesa unos ocho kilos. Merakli vive en un pueblo de Kosovo y se convirtió en una estrella de Internet cuando en 2017 su dueño publicó un vídeo en el que una especie de pollo monstruoso salía de un gallinero. Tras calificarlo de montaje (algunos comentarios decían que era un señor disfrazado de pollo), algún internauta sensato debió de intentar contrastar la información (una locura hoy en día) y halló la clave: se trataba de un gigante de Brahma, una raza que se criaba en granjas de Estados Unidos a partir de aves originalmente importadas de China.

De los creadores de la uva sin pipas llega el pollo sin plumas. Y no es broma. Porque su sentido en casi el mismo. Se trata de un ave creada por un grupo de científicos del departamento de Agricultura de la Universidad Hebrea de Jerusalén con la idea de conseguir ejemplares que crezcan más rápido y se adaptan mejor a las altas temperaturas. Ah, y nada de transgénico. La gallina desnuda no es producto de una modificación genética producida en laboratorio, sino que ha surgido del cruce de varia aves. El resultado fue una variedad que lleva un gen que provoca la calvicie aviar y, por tanto, carecen de plumas. Y aunque su aspecto diga lo contrario, los responsables del estudio aseguran que es tan apetitosa como la de una gallina tradicional.